Toxina botulínica
(Botox)
¿En qué consiste?
La toxina botulínica es una proteína que actúa provocando una relajación de la musculatura de aquellas zonas en las que se inyecta, mejorando por tanto aquellas arrugas que se forman por la contracción de los músculos.
La toxina botulínica es elaborada por una bacteria denominada “Clostridium botulinum”. Comenzó a emplearse como tratamiento en ciertas enfermedades con alteraciones musculares que precisaban de una relajación muscular.
Su efecto a nivel de mejoría de arrugas de expresión se conoció con posterioridad.
El nombre comercial más conocido de esta toxina es el «Botox«.
Es importante analizar con detalle con el paciente, las arrugas de expresión que queremos tratar y mejorar.
Las arrugas que se forman por contracción de la musculatura y que por tanto son susceptibles de ser tratadas con toxina botulínica son aquellas que están en la frente, entrecejo o región glabelar, patas de gallo o zona periocular, es decir, las arrugas del tercio superior de la cara. Estas son las zonas donde mejor efecto obtenemos con el “botox”.
El “botox” no es un producto de relleno y por tanto no se emplea como tal.
Tratamiento con botox
Este tratamiento se realiza en la consulta. En primer lugar, se analiza la contracción muscular de aquellas zonas que queremos tratar para señalar con un lápiz en la piel los puntos que vamos a infiltrar.
Posteriormente se realiza el tratamiento mediante unas microinyecciones que ocasionan una mínima molestia.
Tras el tratamiento puede salir algún pequeño hematoma, aunque no es algo habitual.
Durante las 4 horas siguientes a la realización del tratamiento es recomendable gesticular con normalidad, pero no masajear con las manos la zona que hemos tratado.
El paciente podrá realizar vida normal tras realizar el tratamiento, pero el efecto no comenzará a ser visible hasta pasadas 48-72h.
El efecto máximo se consigue a las 2-3 semanas y la duración está en torno a los 5 meses.
El «baby botox» es un tratamiento en el que empleamos menos dosis de toxina botulínica en pacientes habitualmente jóvenes que quieren prevenir la aparición de arrugas o mejorarlas de forma muy natural.
Mitos del botox
Muchas pacientes acuden a la consulta con cierto miedo por que el tratamiento con “botox” pueda provocar un aspecto poco natural o un cambio de la expresión de la cara.
Es muy importante conocer bien la anatomía facial y el mecanismo de acción de la toxina botulínica para poder aplicarla en la zona adecuada y en la dosis correcta para conseguir un efecto natural con el «botox».
Los cirujanos plásticos conocemos la anatomía facial a la perfección y esto hace que, para nosotros, sea un tratamiento sencillo de realizar.
Resultados y duración
La toxina botulínica, bien aplicada, consigue un efecto de “buena cara”.
La duración del efecto del botox está en torno a los 5 meses, si bien, en pacientes que llevan tiempo realizando el tratamiento, observamos que “necesitan” pincharse con menos frecuencia.